
Hace no mucho desempolvé un libro que mi papá había dejado en el mueble de mi computador. Al parecer mi padre pensó que me atraería más el contenido del libro ya que el autor era -muy bien dicho, era- un aclamado empresario surcoreano, famoso por ser presidente de Daewoo, una empresa de la que no había vuelto a hablar desde que el esposo de mi hermana salió de su antiguo Tico.
Daewoo (대우, pronunciado “deu”) fue el segundo gran conglomerado surcoreano. Lo que empezó como una empresa de textiles con un préstamo inicial de unos 10 mil euros (algo más de 36 millones de pesos colombianos) se convirtió en una de las empresas más importantes de Asia en el último tramo del siglo pasado. La política surcoreana de fortalecer unos sectores empresariales nacionales permitió el crecimiento de Daewoo, aunque no impediría su caída a finales de los años noventa.
El libro en cuestión es “El mundo es tuyo pero tienes que ganártelo”. Es una recopilación de diferentes conferencias que Kim habría dictado ante jóvenes surcoreanos en las que buscaba resaltar la importancia de los valores tradicionales y el emprendimiento. Es uno de esos libros de auto ayuda con una narración agradable, ejemplos sencillos y capítulos cortos. Si pudiera resumir algunos de los valores que Kim expone en su libro, diría que son la preparación profesional, el respeto al prójimo, el correcto uso del tiempo, la importancia de la austeridad y la realización laboral.
El libro en general es bueno, pero tiene puntos débiles, al menos desde mi perspectiva. Como es de esperar en esta clase de libros, el hombre es enteramente capaz de cualquier cosa que se trace. Afortunadamente, a diferencia de otra clase de libros, no parece obviar las dificultades que se puedan enfrentar en cualquier parte del trayecto. Tengo una crítica muy grande hacia su idea de su sacrificio por el bien nacional y la aparente responsabilidad de ciertos empresarios ricos que no donan parte de su dinero a la caridad. Aún siendo un hombre de negocios, Kim no deja de tener ciertas ideas colectivistas que aparecen con cierta constancia.
Quizás la mayor sorpresa para mí, fue la influencia del evangelio en la cosmovisión de Kim. La madre del autor era una devota cristiana que rezaba constantemente por su familia y generó en su hijo una profunda impresión sobre la vida. Kim no concibe el trabajo como la mera forma de ganarse la vida, sino como su vocación y su fuerte crítica contra una vida excesos delatan la influencia de la ética protestante en su propia vida. Cabe señalar que el mismo reconoce que no es cristiano y parece sentir el mismo respeto hacia otras religiones y culturas.
Quizás lo triste de esta historia es que su empresa fracasó debido a los malos manejos financieros y a las perdidas millonarios que tuvo su empresa. Huyó de Corea del Sur durante algún tiempo, aunque regresó para ser juzgado y tiempo después liberado.
Aunque no comparta todas sus prácticas y formas de pensar, creo deja algunos mensajes interesantes que he encontrado en el epílogo del libro y que me gustaría compartir.
Realiza tu potencialidad
La juventud no es solamente la etapa en la que pasamos de la infancia a la edad adulta. No pienses en ella como una simple estación de un trayecto. No es exagerado decir que esta época determinará la calidad y la dirección de toda ella y de tu vida.
La posibilidad trae consigo ventajas y desventajas, aspectos positivos y negativos, esperanza y desesperación; y como todavía eres maleable, la manera en que aproveches tu juventud determinará el camino que tomarás en el futuro. Esa es la razón por la que prestamos atención a la juventud. Como mayor que tú, como un empresario que se interesa por los jóvenes que habrán de asumir la responsabilidad por el futuro del país, y por la potencialidad que tienes, quise compartir contigo mis pensamientos acerca de la juventud.
Sueña
Como dije anteriormente, la historia es de los soñadores. Sólo pueden ser conductores de la historia mundial los países que tienen un pueblo que sueña, un pueblo que procura hacer realidad los sueños, un pueblo que comparte los sueños.
Tus sueños tienen que ser tan puros y tan claros como el agua de un manantial. Y tales sueños han de ser grandes. No hay sitio para la juventud que tiene sueños limitados, egoístas. Tienes que llevar el universo contigo, en tu corazón: y tus sueños han de ser tan grandes como el mismo universo. Dijo una vez un filósofo que una juventud sin sueños es lo mismo que un suicido psicológico. Así que forja sueños que sean puros, brillantes, grandes.
Piensa creativamente
La historia la conducen los pensadores creativos, las personas creativas. La sociedad que valora la creatividad y la productividad nunca conocerá el fracaso. Tú posees el poder del pensamiento positivo, así que siempre debes comenzar las cosas de manera afirmativa, positivamente ágil; haciéndolo así, serás quien señale el camino. Los jóvenes positivos y activos son la base de un mejor mañana.
No te entregues a la diversión y a la holgazanería. Debes estar listo para conducir el mundo, y tus ojos juveniles deben mirar tanto al futuro como al universo, ya que para ti el futuro y el mundo son una misma cosa. No seas mero espectador. Tu ambición debe convertirte en maestro, y tus mayores deben darte el apoyo necesario para que logres ese propósito.
Así que piensa creativamente. Sé una persona positiva y dinámica, haz un futuro mejor y hazte dueño de un mundo más grande.
Cuestiona
La historia progresa mediante el cuestionamiento y el valor. Las personas que cuestionan se abren camino. Como tú eres joven, estás lleno de confianza, y gracias a esa confianza eres valeroso. La juventud gusta de la aventura y no le teme al fracaso. Quien comienza las cosas con temor, ya perdió su juventud. Debes arder con el fuego de las realizaciones. Tienes que cultivarte de continuo y esforzarte por llegar a mayores alturas, a fin de satisfacer tales deseos de realización.
Confianza, espíritu de lucha, valor, aventura, realización, vitalidad, afán de ser precursor, pasión: todas estas son palabras propias de la juventud. La juventud no debe tener cabida para palabras como vileza, debilidad, pereza, fracaso, desesperación, desaliento, sumisión, etc.
Así que cuestiona con valor. No tengas temor de fracasar, y desafía a la vida con todas tus fuerzas.
Sacrifícate
La historia se desarrolla con sacrificio. Una generación tiene que sacrificarse para que la siguiente prospere.
Como eres joven, debes tener un sentido cabal de tu misión social: si no tienes este sentido de tu misión para con la sociedad, el país y la siguiente generación, habrás dejado de ser joven. Y hoy en día, esto es más aplicable a la joven generación de Corea. Nos encontramos en los umbrales de un país avanzado, porque mi generación ha tenido el sentido de misión y el espíritu de sacrificio necesarios para llevar al país hasta ellos. Ahora les corresponde a los jóvenes actuales conducirlo a través de esos umbrales, pero si no tienen el mismo sentido de misión y sacrificio, acabarán sentados en los quicios y nunca los cruzarán, lo que nadie quiere que suceda.
Así que haz tuyo este sentido de misión y sacrificio. Ten un absoluto sentido de sacrificio, para contribuir a la próxima generación.
Sé altruista
Todos estamos hechos para vivir juntos, nadie vive solo. El egocentrismo no es bueno, así que no debes contaminarte con los prejuicios del egocentrismo y la codicia personal. Piensa en el grupo antes que en ti mismo y ten en cuenta el bien público antes que la ganancia personal. Alguien que es esclavo del egoísmo no es joven.
La juventud conoce el valor de la confianza y del crédito. Es seguidora de la belleza, la cooperación y el amor. Sostiene los principios de la coexistencia y la prosperidad compartidas. Se interesa en la existencia, más que en las posesiones.
Los jóvenes no son personas que refugien en la soledad con sus fantasías, porque los sitios solitarios no son para ellos. Lo propio de los jóvenes son los espacios abiertos, donde conviven. Es entonces cuando la falsa fachada del “yo” se vuelve un “nosotros” verdadero. Así que no te contamines con egoísmos ni avaricia. Encamínate hacia el mañana con los demás, acompañado de amor y fe.
Sé fiel a ti mismo
Indistintamente de qué tan firme haya sido el propósito que tuvo mi generación de ser fiel a sí misma, fue difícil cumplirlo debido a las obligaciones familiares o de trabajo. A veces, la situación nos forzaba a hacer y decir cosas contrarias a lo que queríamos. Pero tú tienes que enfrentar tales circunstancias. Asegúrate de no estar atrapado o caer en el lazo de una cadenas. Considera que ir tras de lo que realmente deseas es la mejor manera de ser fiel a ti mismo como joven.
Sé modesto
El crecimiento y el desarrollo se origina en los conocimientos. Dejamos de crecer en el momento que pensamos que somos realmente importantes, cuando pensamos que ya sabemos algo . Con ello se acaba el desarrollo, al igual que el crecimiento. El crecimiento y el desarrollo son la consecuencia de comportarse con humildad y de esforzarse por aprender al máximo posible.
A medida que tus huesos se fortalezcan, debes bajar más la cabeza. Tenemos tanto que aprender de las gotas de sudor en la frente del granjero, del aceite en el uniforme del trabajador fabril, del cariñoso contacto de la madre que prepara el desayuno en la oscuridad que precede al amanecer. Abre tus ojos y oídos a las imágenes y a los sonidos de tu alrededor. Compórtate con humildad y estudia con ahínco.
Hasta una próxima entrada 😉